viernes, 9 de marzo de 2012

DANZA DE TECUANIS


La danza de los tecuanis se escenifica en los estados de guerrero y puebla, representa el trabajo de los campesinos  al desmontar y preparar la siembra y su lucha contra el tigre. Los tecuanis fingen primero dedicarse a sus labores, después narran las tropelías del tigre,  haciendo jocosas alusiones improvistas sobre gente conocida del pueblo,  que provocan gran regocijo entre los espectadores, y se inicia la búsqueda del animal hasta que una vez localizado tiene lugar la cacería y muerte del tigre.

Datos históricos de la Danza de los Tecuanis de Acatlan de Osorio Puebla.

Empezaremos por agradecer al distinguido amigo y paisano don Efrén Jiménez Ariza (danzante consagrado) por haberme explicado y obsequiado la mayor parte del presente argumento, para hacerla extensiva a todo aquel que tenga el interés de saber el origen de la famosa danza de los tecuanis dentro del folclor mexicano, don Efrén Jiménez Ariza originario de Acatlan de Osorio puebla y residente del barrio de san Rafael de esta ciudad. Cuenta que los datos obtenidos de sus antepasados, datan desde el año de 1800 época en que el virreinato español sufria los primeros brote de la discutida revolución de independencia de 1810.

Desde muchos años atrás, don José de la cruz Xoloxtli, originario del rancho de Cuahuahutla, perteneciente al pueblo de Tehuitzingo dentro del distrito de Acatlan de Osorio puebla, conservaba ya unos apuntes acerca de los datos históricos de los Tecuanis, contó el señor Xoloxtli que sus bisabuelos, habían asistido a una de la tantas ferias que se celebran al santuario del señor de Chalma del Estado de México a rendirle culto al patrón mencionado; es ahí donde conocieron la danza por primera vez, claro esta que les gusto mucho, que hablaron con el maestro de tal danza para que le enseñara y se conociera la historia con el nombre de los Tecuanes.

En las raíces náhuatl se pronuncia "Tecuanis", que quiere decir el que come gente, pues bien el nombre del maestro de la danza era José fosetle del pueblo de Cocuila se sabe remotamente de dos tribus, la zapoteca y la chichimeca vivieron en las serranías de los limites con los estados de guerrero y puebla, siendo estas tribus capitaneadas por los hombres mas viejos, que eran los dos jefes conocidos en la lengua náhuatl como huehues uno se llamaba el viejo Lucas (zapoteca) y el otro el viejo Moranchi (chichimeca), que contaban con bastantes tierras y grandes criaderos de ganado vacuno, cabrio, y lanar, convirtiéndolos en pastores cuyo trabajo era pues, el cuidar aquellos rebaños que por medio del trueque cubrían sus necesidades personales, lo mismo sucedía con la venta a cambio de las pielas de los animales que cazaban, como era el venado, el conejo, la liebre, la ardilla, el mono, y toda clase de fauna de la región. Los danzantes sienten, gozan y bailan al son de la flauta y el tambor, saboreando cada nota emitida por el músico. Se forman en dos grupos, danzando de dos en dos en sendas filas.  una columna la encabeza el viejo Moranchi, con todos sus hijos atrás de el y la otra columna el viejo Lucas con todos sus hijos, igual atrás de el. Los danzantes bailan al compás de la música, con movimientos de pies, y emitiendo gritos para dar sabor, gusto y singularidad a los diferentes ritmos y sones.

sones:
1.-   introducción
2.-   marcha
3.-   saludo
4.-   culebra
5.-   zapateado
6.-   enenos
7.-   cucaracha
8.-   borracho
9.-   rodillas
10.- hombros
11.- sembrador
12.- sombrero ortiz
13.- bandera
14.- liebre
15.- iguana
16.- sarna
17.- capotin
18.- capitaneja
19.- cruzado
20.- corte de caña
21.- panadero
22.- corral
23.- chande   
24.- el toro 
25.- son postumo
26.- terminacion
27.- limpia del camino 1ra. parte de la muerte del tigre
28.- tendiendo la trampa 2da. parte de la muerte del tigre
29.- muerte del tigre 3ra. y ultima parte.

Me permito recordarles que hablaremos  acerca de nuestra danza apegándonos a lo dicho por el Sr. don Efrén Jiménez Ariza a quien agradezco infinitamente su sabiduría, cooperación. Desde 1890 se dio a conocer la danza de tecuanes un 24 de octubre, fiesta del arcángel san Rafael. Cuando se inauguró la danza en esa fecha los maestros vinieron del pueblo de Chinantla y se llamaban Agustín Calisto y francisco Leyva; el que dirigió esta cuadrilla de danzantes fue el señor Fidencio Arriaga y el señor Manuel palacios quienes fueron varios años en estar al frente de dicha danza, y fue entregada esa comicios  de danzante al Señor Jiménez Ariza desde el año 1907.


Dejaremos para otra ocacion mas detallada, la descripcion basada en los datos recopilados por tres fuentes, de "la muerte del tigre", ya que este son tan particular merece una mayor abarcacion.





viernes, 17 de febrero de 2012

EL JAGUAR: ICONO FELINO EN MEXICO



El jaguar es el más grande y poderoso felino de América y por más de tres mil años fue uno de los más importantes animales simbólicos de Mesoamérica. La imagen del jaguar, al igual que la del ocelote y la del puma, aparece en el arte de todas las civilizaciones prehispánicas, desde los olmecas hasta los aztecas.

La fascinación que ejercieron los jaguares sobre la imaginación de los pueblos indígenas persistió en la época colonial y ha llegado hasta nuestros días.

Jaguar (Pantera onca) Nombre náhuatl: océlotl o tecuani, “el que come gente”. Nombre maya: balam.

Puma (Puma concolor) Nombre náhuatl: miztli. Nombre maya: coh.

Ocelote (Felis pardalis) Nombre náhuatl: océlotl. Nombre maya: zac xicin, “oreja blanca”.

EL JAGUAR ENTRE LOS AZTECAS

 
Gracias a sus códices y a las excavaciones del Templo Mayor, "la azteca" es la cultura que nos brinda más información sobre el simbolismo felino en el México antiguo. En náhuatl, la lengua de los aztecas,  el jaguar se llamó océlotl-razón por la cual se le confunde frecuentemente con el ocelote, un felino distinto y de menor tamaño. Para ellos el jaguar era la criatura más valiente y el orgulloso “señor de los animales”, tal como se consigna en el Códice Florentino recopilado por el fraile español Bernardino de Sahagún. La vinculación entre el animal y la guerra nos dan claves sobre la idea que los aztecas tuvieron de el y de su simbolismo. Los términos que llevan la raíz océlotl se utilizaban para describir a los guerreros valientes

SUPERVIVIENCIA DEL JAGUAR

Las creencias asociadas a los jaguares y demás felinos no desaparecieron con la llegada de los españoles en 1519. Ya  que los símbolos felinos eran parte de la cosmovisión indígena, fueron adaptados a la religión católica y a las nuevas condiciones económicas y políticas implantadas por los conquistadores. Lo que sí cambio fueron sus nombres: los españoles llamaron tigres a los jaguares y leones a los pumas  y con ellos se les conoce hasta la fecha aún en los lugares mas recónditos de México.
 
La ambigüedad espiritual del jaguar, que representa el bien y el mal, la fertilidad y la muerte persistió durante la época colonial. En otros lugares el jaguar ser convirtió en defensor de Cristo y para mostrar su función como protector usa su piel pinta durante la Pasión. El jaguar ocupa el lugar que antes tenía el león a los pies de San Jerónimo. Muchas fiestas tradicionales con jaguares subsisten hasta nuestros días aunque algunas, como la “cacería del tigre”, ha desaparecido; una de las razones de su persistencia es que las máscaras y trajes de jaguar son populares artesanías compradas por turistas.




Hay muchas comunidades rurales en México en las que aún se celebran fiestas que tienen elementos simbólicos  asociados a los felinos y en especial al jaguar. Los tlacololeros y la Danza de los tecuanis son dos de sus manifestaciones más conocidas. En los pueblos como Totoltepec, Guerrero, los danzantes usan máscaras de jaguar y trajes amarillos con manchas y mezclan creencias católicas con ideas prehispánicas para proteger la siembra y su ganado de los depredadores.



En donde más se eseñora este Dios jaguar es el actual Estado de Guerrero; otras partes como Zitlala (lugar de estrellas), Acatlán de Osorio y otros pueblos cercanos a Chilapa y Tixtla, en territorio de dialecto náhuatl de Guerrero, se han conservado vestigios de antiguos rituales sangrientos, “la pelea de tigres” es durante la fiesta de la Santa Cruz de Mayo en la que los jóvenes vestidos de jaguares luchan hasta sangrar como ofrenda al dios jaguar, quien envía lluvia que fertiliza al maíz celebración que se lleva a cabo el 5 de mayo. No se diga “La Tigrada” en Chilapa, las danzas del jaguar; el bien y el mal, por ejemplo son representados por un solo actor y se realiza el 15 de agosto.
 
En Tenosique, Tabasco, hay una danza llamada pochó , como la flauta que toca la música que se baila el miércoles de ceniza; El jaguar o “Tigre” es uno de los personajes principales de la danza del pochó, se lleva a cabo durante el carnaval que dura de tres a seis semanas a partir del 19 de enero.

EL JAGUAR, DIOS Y ORIGEN DE NUESTRA RAZA INDÍGENA

En nuestra mitología el jaguar es un dios fuerte, inteligente y poderoso; encarna la belleza y la ferocidad, los dos polos opuestos. Es el padre que da origen al cruzarse con una mujer a nuestras razas Mesoamericanas. El dios jaguar está vivo. Los ritos lo hacen resurgir del ámbito cosmogónico y del inframundo. Salen en Oaxaca, en los valles, la sierra o la costa; en la selva lacandona, en los Altos o en el Soconusco. Las máscaras que los personifican son magnificas piezas, la mayoría talladas en madera, policromadas con incrustaciones de dientes, piel, cerdas o espejos, según el estilo estético tradicional de la región.  
La distribución original del jaguar se extiende desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina. Aun cuando su hábitat primordial son las selvas secas, manglares y pantanos. A diferencia de otros felinos, no evita el agua y es un buen nadador. Es solitario y sólo se reúne  con la hembra en época de apareamiento. Los cachorros por lo general son dos, nacen después de tres meses de gestación, son amamantados durante cinco meses y permanecen con la madre hasta que alcanzan un año y medio de vida y se hacen independientes. Hábil cazador, de hábitos nocturnos y crepusculares, el jaguar es el máximo depredador de las selvas en que habita, es decir, se ubica en la cúspide de la cadena alimentaría.